miércoles, 16 de diciembre de 2009

¡La encontré! Donde la ciudad monstruosa se convierte en pueblo y los pájaros vuelan sin rumbo, el silencio es absoluto y huele a chimenea. Un poco más al este de las torres de la Campana y el Tambor, antaño marcadores de los principales hitos del día, situadas en el eje central de Beijing, que de norte a sur es Qianmen, Tiananmen, Ciudad prohibida, la Colina del Carbón, la Campana y el Tambor, y mucho más al norte, el estadio del Nido. Todos los parques y altares, siguiendo los principios del ba gua en el feng shui, así como mi nueva casa, orientada al sur. Cada sábado por la mañana vemos el sol que nos mira en nuestra habitación al este. Ya a mediodía, si nos movemos al salón (en el centro de la casa), ahí sigue observándonos, y luego ya por la tarde, cuando sólo nos mira de reojo, mientras se esconde tras los tejados grises de la ciudad vieja.

Y qué cantidad de cosas se acumulan en dos años (cosas, sólo son cosas), y qué terribles que son las mudanzas. Todo sea por un año de novedades y una terraza sobre mi tejado, con vistas a los hutones del barrio.



Mientras me pregunto, ¿Por qué no hubo cielo azul en Madrid?¿Por qué estoy tardando tanto en leer la Montaña del Alma? ¿Cuándo iré a por mi título de chino? ¿Cuándo me darán mi visado y esta situación ilegal en la que me encuentro terminará?

viernes, 4 de diciembre de 2009

Hoy


Un año más, así es y así lo cuento. Aquí me quedo, entre el gris y el rosa, que siempre conjuntaron bien. Busco una casa en un hutong, entre barreños de plástico y fregonas con carácter. Entre cables y árboles huecos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Dongtian

Máxima -1ºC, mínima -11ºC...¡Hace un frío que pela! Yo no sé cómo se va a tomar Obama este clima continental, espero que lleve leotardos interiores como yo. Supercontinental diría yo. Recuerdo cuando hacía los mapitas en el colegio, coloreando las zonas según el clima: tropical, mediterráneo, polar, continental… Pues sí, por tercer año ya acusando estoy el invierno pekinés. Ya están los supermercados preparados con las baldas plagadas de calzones interiores y camisetas interiores polares. Un horror, tela acrílica que se electriza sólo con mirarla. Tanta sequedad propicia los calambrazos en cualquier momento: al dar la mano a quien toque y al cerrar la puerta del taxi o motocarro – si con suerte lleva puertas-.

En mi casa ya he repasado las juntas de puertas y ventanas con cinta aislante, y eso que las calidades de mi minihogar superan la media china (creo). Sigo sin entender cómo los chinos de mi vecindario aún disfrutan las partidas de ping pong en la sala acristalada que hay en el bajo, con todas las ventanas de par en par. A la fresca y tan contentos. Lo mismo la de la lavandería, día y noche –porque trabaja hasta bien pasadas las once- con la puerta abierta. Y los que venden pinchitos en la calle, y las abuelas que bailan cada día en la calle de Chaoyang a las ocho de la tarde. Aunque todos y cada uno de ellos se habrá cuidado bien de tener los riñones protegidos.

Como dicen los chinos, en invierno toca reponer energías, descansar, nutrirse bien, alimentarse con comidas de gran aporte calórico (hot pot, guisos grasos y frutos secos).

Lunes, comienza otra semana, veamos si pasa rauda y veloz como las otras 46 precedentes de lo que va de año.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Nieva en noviembre


Amanezco un domingo helador y al mirar por la venta sólo veo copos de nieve gigantes, que caen sin cesar sobre el suelo gris de Douban. El trajín de bicis puede que haya disminuido un poco, pero la gente sigue saliendo a pasear con un impermeable y el cuello al aire. Una raza superior, si ya lo digo yo...


Tostadas con mantequilla y mermelada de melocotón, café y un poco de orden en el hogar. Nos pertrechamos para la hazaña, calzones interiores, varias capas de camisetas, botones de invierno y la cámara de fotos. Hoy me comentan en la oficina que la nieve fue inducida...Ya me da igual, la magia fue la misma.

De nuevo, el mejor fin de semana.

Hoy lunes, la vida que sigue, las rodillas heladas y el riñón granizado. Hasta el veinte de noviembre no ponen la calefacción, lo dijo Mao y así toca aguantar.

sábado, 10 de octubre de 2009

Dos años


Ya se terminó la fiesta nacional y aquí anda el pueblo sin saber qué hacer, bueno sí, la Expo de Shanghai, que ya dentro de poco toca. Esto es una carrera permanente a ningún lado, la de ellos digo. La mía sigue siendo un pedaleo en bici entre coches y motocarros, atravesando parques, megaconstrucciones comunistas, parques de abuelos que pasean a los pájaros, rascacielos hipermodernos, hutones cochambrosos y avenidas modelo. Esta ciudad, que lo tiene todo pero no tiene nada, que por mucho tiempo que pase jamás será acogedora. Las vidas están demasiado programadas, demasiado poco espacio tiempo para el ser. Y esos ojos que no ven nada, ese show de Truman al que muchos expatriados, se acogen y se acomodan. Y esos otros que lo critican todo.

El país, que se lo han cargado, no hay nada que hacer: tierras estériles, paisajes inverosímiles, por el horror de los mismos, el azulejo visto y el cemento, el campo que no es campo, tierra estéril, bosques inexistentes, cielo gris, aire irrespirable. Me cuesta tanto creer y entender…Así cada día, intentando acercarme a algo que se encuentra a diez mil años luz. El grupo, el individuo que no existe. Las órdenes y comandos, ningún hervidero de ideas. Y como en todo, nunca hay un todo, aunque formemos parte de lo mismo: algunos hay, que no son iguales.

Pasteles de luna, en el medio otoño, menos mal que aún queda el calendario lunar, el más fiel a la vida, la tradición, la agricultura, aunque mejor sería decir que son éstas las fieles al calendario, a las estaciones, los ciclos lunares, los solsticios y equinoccios, así las fiestas paganas se convierten en religiosas, sin embargo, el origen es el mismo, aquí y en todas partes. Conclusión, la unicidad del todo. Pero ninguno igual.

Así estaba yo, en Xiamen, a orillas del estrecho de Taiwán, tomando pastelitos de luna (yuebing), mirando a Catalina en el momento del año que más brilla.

domingo, 27 de septiembre de 2009

:)


Hoy google me avisa de que es el aniversario del naciminento de Kongzi, Confucio para los amigos, tan sabio, tan tradicional, tan de su pueblo, Qufu, aquel lugar, a dos-tres horas en bus desde Taishan, donde jamás pude comer peor, rodilla de cerdo hervida y un terrible plato de huevo con tomate (el mítico xihongshi chaojidan, imposible que salga malo, apuesta segura en cualquier chino excepto en Qufu).

Y luego en chino muestra el buscador lo siguiente: 有朋自远方来,不亦乐乎 (you peng zi yuan fang lai, bu yi le hu), esto es, ¿No es uno de los mayores placeres de la vida tener amigos que nos visitan desde lejos?
Mis amigos, los buenos, sinceros, comprensivos. Complicidad absoluta, el tiempo que no pasa. La vida es corta para perder el tiempo leyendo malos libros - frase acuñada por el abuelo de una gran amiga- y compartiendo el tiempo con la hipocresía y la falsedad. Aléjome de todo eso, que ya somos mayores.

En este caso yo he sido la visitante, y también ha sido un gran placer: los amigos, la familia, bodas y mis madriles. La vuelta quizá sea difícil, pero la vida es así, sacrificio y alegría. Un poquito de los dos, en nuestro hogar pekinés, y qué suerte tengo, que la carrera de obstáculos la corro con quien más quiero, al son de los mejores hits del momento.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Locura.


..Cordura

Felicidad extrema, equilibrio absurdo
Eléctrico, anodino
Cántico, discurso
Sol, niebla

Bici, coche
Observar, mirar
Pequinés, rottweiler

Vida, muerte

jueves, 27 de agosto de 2009

Cielos

Quién ve y quién no ve, no merece la pena vivir si no se reflexiona sobre ello, estamos despiertos o dormidos…

Últimamente estoy ejerciendo la paciencia extrema en el oficinismo del que participo cada día de la semana laboral, cinco días y a veces, porque somos chinos, los fines de semana para “recuperar” algún día de puente que se nos haya “regalado”. Demasiadas comillas, no lo soporto.

La teoría de la conspiración, no sé si en mi trabajo es verdad, es real. Una isla, así me siento yo, rodeada de chinos, a veces en comunión y otras en discrepancia con ellos y con esta ciudad. Miro atrás en el tiempo, dos años casi ya…

Ayer fue QiXi (la noche de los sietes), día del amor en China, celebrado el día siete del séptimo mes del calendario lunar, ya decía yo que veía demasiados ramos de flores por la calle. Y aquel chico que cantaba la canción tibetana, a grito pelado, por la calle de Gongti Bei Lu. Sabía que al otro lado del teléfono estaría su novia.

Niuliang (la estrella Altair) y Zhinu (la estrella Vega) eran dos amantes condenados a vivir separados por la eternidad por el río de la vía láctea. Sin embargo, una vez al año, el séptimo día tras la séptima luna, se forma un puente entre ambos para que puedan pasar juntos una noche.
…Y como muchas celebraciones que adoptaron los japoneses de la mitología y tradición china, este festival es una de ellas. Tanabata se llama en Japón, aunque también es verdad, como con muchas de las tradiciones orientales, la festividad se celebra con más ímpetu y dedicación en Japón que en la China continental actual. Los vendedores de flores chinos no llegaron a vender ni la mitad de las rosas que se vendieron durante la celebración de San Valentín. No sé cómo para determinados aspectos los chinos se muestran tan permeables a la cultura occidental y para otras cosas…todo lo contrario.

Vega y Altair son estrellas alfa, esto es, las estrellas más brillantes de su constelación, Lira y el Águila respectivamente. Junto con Deneb, -estrella alfa de la constelación del Cisne, estrella sonbre cual se apoyan las alondras para formar el puente que une a los amados-forman el Triángulo de Verano.

Qué bonitas noches estivales. Observar la cúpula celeste. Algo que siempre disfruté haciendo en Santa Cruz o en cualquier noche estrellada en España. No dejo de sorprenderme cuando los cielos de Beijing también me lo permiten.

jueves, 20 de agosto de 2009

Historias para no dormir


En Beijing el asunto de la recogida de basuras ha sido siempre un misterio para mí.
Más que la recogida, que sé cómo se lleva a cabo y más adelante explicaré, lo que me inquietaba era dónde y cómo se deshacían de los desechos. Aquí no hay camiones de basura.

Vivir en Douban hutong me ha acercado mucho al modo de vivir chino, a conocer el día a día de un chino medio pekinés. En Douban me siento como en un pueblo: todos los abuelos se sientan a tomar el aire cuando cae la noche, juegan al Majiang y pasean a sus perros. Se sientan en unas sillas que no levantan más de veinte centímetros del suelo y ven a la gente pasar. Dentro del recinto donde se encuentra mi casa (el número dos, que comprende doce bloques de casas, de veintitrés pisos cada una) hay plantas descuidadas y unos bajos donde se juega al pingpong - los señores- o se baila con abanicos - las señoras-.
Protagonistas son también los cubos de basura. Rebosantes durante todo el día, sólo tienen un respiro a las ocho de la mañana, cuando mi querido amigo el basurero (todos los días me saluda y me avisa - casi incrimina- si llego tarde al trabajo) se ocupa de vacíar los contenedores con una pala.
Y de la pala al carrito tirado por la bici. No quiero ni contar cuántos viajes tiene que hacer para deshacerse de tanta mierda.

Pero mira, si lo comparamos con London ni tan mal, que me acuerdo yo que allí por Kensington Court sólo se hacía recogida de basuras una vez a la semana. Años después, cuando viví en Bayswater creo que la frecuencia había ascendido a dos/tres veces semanales. Ahora no lo sé.


Y de la bici al agujero de nunca jamás.

domingo, 2 de agosto de 2009

Nenu lee el periódico chino

Parece un título más de la saga de Teo pinta, Teo va al colegio, Teo se echa novia, Teo hace peyas...

Qué bien que ya casi puedo leer algún artículo en algún periódico chino. Vamos allá, el artículo de hoy deja los pelos de punta:

"Un joven de Henan sospechaba que debido a su trabajo en la fábrica había contraído la enfermedad de pneumoconiosis. Sucesivamente había visitado todos los hospitales de su región donde efectivamente, todos y cada uno de ellos le diagnosticaron esta enfermedad. Pero, de acuerdo con la ley china, no sirve para nada el diagnóstico de estos hospitales ya que para poder reclamar a la fábrica es necesario que el resultado médico provenga del Instituto local. Este instituto concluyó que lo que el joven padecía era turbeculosis, enfermedad que no necesariamente se puede achacar al trabajo fabril. La indignación de Zhang Hai Chao, así se llama el chico, le ha llevado a ir al hospital local (no perteneciente al Instituto) para que le operen y poder mostrar a todo el mundo lo deterioriados que están sus pulmones. Así lo ha hecho, si bien con unos rayos X los médicos también podrían ver la cantidad de polvo acumulado y suciedad en los órganos. Este acto ha llegado a oídos de los médicos del Instituto que por supuesto han seguido en sus 13 y no han reconocido su error. Hasta que las altas autoridades chinas se han enterado. Y el líder, sorprendidísimo, no por lo destrozados que tiene los pulmones este chico, sino por la osadía del mismo, ha decidido reconocer que la enfermedad tiene la causa en su trabajo y tanto a él como a otros cuatro compañeros de Zhang Hai, se les ha indemnizado. También se ha despedido a los médicos corruptos."

Terrible. ¿Cuántos cientos de miles de chinos habrá con este tipo de enfermedades, cánceres y demás por la contaminación? Sale la noticia de uno de ellos, porque es uno...Y a él finalmente, tras decidir abrirse el pecho, se le compensa por lo sufrido. Poco a poco irá llegando el resto. No puede sostenerse tanta injusticia...


lunes, 27 de julio de 2009

Hoy, siempre hoy


En extramuros, foragidos que somos.
Un perro pekinés, unas bicis viejas que aún tienen mucho por andar, los tomates con aroma de huerta, la brisa fresca del verano, un domingo de sol. Paseos inolvidables que rememoraré algún día en el futuro, en nuestra morada del centro de Madrid o de cualquier parte.

miércoles, 22 de julio de 2009

Que los sueños, sueños son...


¡Everyday
is
like
Sunday!
¡everyday
is
like
Sunday!...

Con lo que aborrezco los domingos, en fin, hoy que es miércoles, que ni me va ni me viene, día en que el eclipse resultó ser un fraude, tarareo una canción tras otra, sintiéndome protagonista de no se sabe qué, entre otras cosas de mi vida. De mis vidas, más bien. De porqué me encuentro negociando en una habitación de hotel con unos chinos provincianos, o porqué acabo comiendo noodles con agua hirviendo sobre los papeles de un contrato. Sin ton ni son, las mañanas con mi profesor de chino se hacen cada vez más insufribles, mientras los hanzis y la maravillosa lógica china hace que quiera seguir aprendiendo. Eclipse de sol, en chino Rishi, esto es, sol comido. Supersticiosos los chinos que son.

Quiero mar, ¿cuánto hace ya? Ah sí, Dubai fue mi última parada marítima, más de un año ya, esa playa artificial del demonio. Mmm, ah sí también...Xiamen también, gran ciudad china de la que me enamoré, frente a Formosa, pero no hubo baño de salitre. Fue viaje de oficinismo, tan sólo pude ver Taiwan allá en el horizonte, justo enfrente del letrero rojo que proclama"Un país, dos sistemas".

Así estoy que sólo pienso en coger un libro gordo, leer y dormir en la playa.
Langkawi será. Darío conmigo. Yo con Darío.
¿Llevo un mes sin fumar? ¿Por qué como chicle si lo detesto? ¿Existen los gnomos? ¿La medicina china cura? ¿Cuántas pelotas de golf caben una habitación de 2x2x2? ¿Es This is England una gran película?

miércoles, 8 de julio de 2009

Tormenta de arena...

...la que no me dejó llegar a Kashgar, ciudad clave de enlace entre China, el Sur de Asia y Occidente, allí desde donde se dispersaban las diferentes Caravanas de la ruta de la seda hacia el oeste. Desde Turpán decidimos viajar a Urumqi para coger un avión hacia esta ciudad fronteriza; pero allí nos quedamos mis amigos y yo, en la capital de Xinjiang, por dos días que no olvidaré. Chinos rubios de ojos azules, rasgos caucásicos, mezquitas y relojes que marcan una hora menos a la del resto de China en señal de protesta. Porque en China hay sólo un huso horario, y sin embargo olor a zoco y bazar más que a tallarines y guindilla. Otro país, sin duda.

Hace más de un año de esta foto en el lago celestial, a unas dos horas y media en coche desde Urumqi, capital de Xinjiang, aquella región autónoma de China que poco a poco va siendo invadida por la etnia mayoritaria china, los Han. El Turquestán Oriental. Así debería ser.

Mi profesor de chino, Han de toda la vida, me comenta hoy que si me he enterado de los enfrentamientos. Por supuesto que sí. Es sorprendente ver cómo un pueblo entero asume la información que se da desde el Gobierno y muy pocos la cuestionan: "Con la política favorable que tenemos con ellos y nos lo agradecen de esa manera". Le pregunto más por su opinión. Calla y piensa: " Creo que en Tibet es más problema de China, sin embargo, en el caso de Xinjiang el conflicto se debe a que son musulmanes". Y nada más. Al final confiesa que el Gobierno chino no puede dejar que se independicen porque en Xinjiang hay petróleo y en Tibet otros recursos.
En los DNI chinos además, como dato adicional al sexo, fecha de nacimiento y nombre, también hay que poner la etnia a la que perteneces. Y en el propio Xinjiang hay más Han que Uygur...

lunes, 6 de julio de 2009

Y van 16...

...días sin fumar.


- Y qué terrible que ahora las aerolíneas quieran que sus pasajeros vayan de pie...así es cómo aumenta la eficiencia, madre del amor.
- Mientras en Tokyo las líneas de metro sufren retrasos cada día por la gente suicida de la línea Chuo, la preferida porque los trenes van raudos y veloces.
- Y el Gobierno del país del medio, aquí donde me encuentro, sigue repartiendo miedo y destrucción, donde digo miedo digo también muerte, allá por la región autónoma de Xinjiang. Hoy amor y mañana odio hacia este país, qué difícil lo hacen a veces.
- Pues en Galicia están a tope con la cría del caballito de mar.
Pues eso, que mundos hay todos, como vidas existen y así cada uno que se mire a sí mismo y en deredor, que aprenda y haga un poquito el bien, o el mal, que eso depende de cada uno.
Julio ya y aún no me he movido de la ciudad gris. Así hasta septiembre, que volveré a mi patria hogar. Me estoy haciendo mayor, ay cuánto.

- Pues yo tengo mucha suerte. Aún me cuentan cuentos para dormir.

domingo, 28 de junio de 2009

In the aftermath



Me siento como Chihiro, ayer en Tokio hoy en Beijing. De viaje a través de la madriguera ¿dónde estará el conejo blanco?

Estoy en la oficina tratando de no guiñar los ojos por la luz cegadora que entra a través de los estores de la ofi. En Asia no hay persianas. Digo Asia porque al menos, en los países que aquí conozco, en ninguno hay persianas. A mí no me importa, estoy acostumbrada a dormir con la luz del día. Un placer para mí, una maldición para muchos. De repente he decidido entrar en mi blog, algo que llevo haciendo de vez en cuando en este último mes, para seguir contando, sin ningún afán de nada, expresarme y nada más, dirigido a quien me lea y le interese, sin necesidad de buscar baño de gentes ni repercusión alguna. Un mes sin blogger, así nos lo han hecho pasar nuestros queridos amigos por eso del cumpleaños de lo acontecido en una plaza en el centro de esta ciudad. No digo nada más, ahora escribo y cuento lo que me apetezca.
Vino mi madre y marchó, conoció mi vida en el hutong, compartimos caminatas eternas, compras en el supermercado chino, bailes con las abuelas del barrio, aventura en Shanghai, y sobre todo paz. La misma que ido perdiendo en el mes que se ha sucedido. Jornadas interminables de trabajo y tareas que se acumulaban en mi casa de la colmena. Y con todo y más he decidido que dejo de fumar. Siete días van ya, ni uno, ninguno. Todo así, de repente, por motivos imperantes y promesa personal, para mí y para otros. Lo voy a conseguir. Creo que si no lo había dejado antes era por miedo al sacrificio y pasarlo mal. Pero mira, la vida es dura y es sacrificio.

Con una sonrisa y nervios cero, la cosa sale mejor. Y se respira mejor también, a pesar de que hace una semana se alcanzaran niveles de alarma en mi querido Beijing. Mucho té y antioxidante. Volveré a España con el pelo blanco, vaticino desde hace ya. Desde mis 17 años en todas las peluquerías a las que fui (tampoco son tantas, nunca fui chica de peluquería y jamás usé un secador, he dicho) las peluqueras de pro (pelo frito y horquilla rosa en el flequillo) han insistido en el tinte o mechas. Harta estoy, aquí en Beijing también me lo mentan, pero no con intención de teñir, les extraña simplemente, es algo cultural, aquí rara vez se ven chinos con pelo blanco. En Japón por contra, todo japonés varón digno y elegante dejará sus canas poblar su cabeza según vayan apareciendo, si bien, en China el Grecian 2000 está a la orden del día. Incluso me preguntan si me lo he hecho yo por estética, porque sí, tiñéndome de blanco pelo a pelo. Si es que son majos estos chinos. Pues sí, me lo he hecho yo, acumulando bolas en el estómago que no he dejado salir hasta que por la noche pataleo y sueño que vuelo en parapente.

Hoy, después de seis meses, hice mis deberes de chino (ayer, en el vuelo desde Japón, mientras el avión se movía violento de lado a lado por las turbulencias). Mi profesor no ha cabido en sí de gozo. Y yo tampoco.

Finalizo con una historia de terror. Imaginemos que nos llama una china al móvil, sólo habla chino, claro, pero yo la entiendo. Es médico de un hospital del barrio donde vivo (porque por supuesto sabe donde vivo y con quién). Me dice que dónde estoy ahora mismo, que van a mandar a un doctor. Le pregunto porqué. Me dice que porque soy extranjera y hay un alto riesgo para la salud del pueblo chino. Saben que volví ayer de viaje de Japón. Me dice que me controle la fiebre durante siete días, a las nueve y a las dos de la tarde. Debo mandarles dos mensajes diarios con mi temperatura corporal. Durante una semana. Quizá vengan a por mí. Me preguntan por mi novio. Tantos miles de millones y al final tienen tan controladitos a todos. A mí por lo menos.

Y nada más. Ah sí...Que están enfermos, rotos. Los japoneseses, digo.

lunes, 4 de mayo de 2009

En cualquier parte




五月到了 wu yue daole
这是花和蝴蝶之月。。。zhe shi hua he hudie zhi yue

(Son de bandurrias)

Versión china de la canción de los mayos que se canta en Santa Cruz, pueblo de Toledo, muy cerca de la provincia de Cuenca, a diez minutos de Zarza de Tajo y a unos veinte de Villamanrique del mismo río, lugar de donde sólo tengo buenos recuerdos.


Despertarme por la mañana en la habitación de abajo, la alcoba, la que da al comedor donde se juega a las cartas y se comen pipas después de comer. Escucho al despertar a la gente de la calle que pasa al lado de la ventana que hay a pie de calle, huele a verano y me incorporo sentándome sobre la cama. Doy un saltito para poder apoyar mis pies sobre el suelo helado. Cojo unas zapatillas Victoria viejas (tienen ya la goma amarilla) y me pongo una bata que cojo del armario donde se encuentra la ropa que nadie de la familia quiere usar en Madrid y que ha llevado “al pueblo”. Voy a la cocina y me encuentro a mi abuela escuchando la radio. Salgo a la portada con una taza en la mano llena de leche con Nesquik. El sol me ciega por completo y tardo en acostumbrarme a la luz matutina. Los vencejos cantan sin parar, salen de las enredaderas y de bajo las tejas de las cuadras que rodean la portada (hoy convertidas en el estudio de Lucio). Oigo la tos de mi abuelo que se pasea por dentro de la casa, ahí se está más fresco y en el patio pasa el tiempo leyendo tomos de antropología y haciendo el crucigrama de cada día.
Mi madre sigue durmiendo en el cuarto de arriba, al lado de la chimenea, en su habitación de paredes amarillas, un cuarto con dos camas de madera y colchón de lana, un aparador y una mesilla de mármol con un cajón donde se encuentra la colección de calendarios de bolsillo.
El armario de la galería de abajo, lleno de libros antiguos empolvados y fósiles varios, la estufa y el espejo en la galería de arriba, el cuarto del piano, el dormitorio de mi abuela, el despacho con el número de la lotería premiado hace años ya, el paragüero con una sombrilla vieja, sombreros antiguos y nuevos, gorras de propaganda y boinas de paño. La luz tenue de las escaleras señoriales con las paredes pintadas de mosaico. Y la cueva, las tinajas de más de tres metros y el suelo de arcilla.
Sensaciones para toda la vida. Ansia de estar allí, asomada al mirador viendo a la gente pasar por la calle Mayor.

jueves, 30 de abril de 2009

Calma chicha


Vine de Taishan, mañana a Chengdu, aniversario del terremoto, gripe del cerdo sobrevolando el planeta. En China de momento, nada. Calma tensa entre mis compañeros chinos, algunos han cancelado sus viajes a Europa. Se sienten más seguros en su China cerrada. Yo también.

Mi madre llega en una semana, tengo ganas, pasear juntas, vivir mi casa, nuestra casa.

¿Por qué hace dos semanas me interesé por las pandemias? ¿Por qué esa conversación con Darío en mitad de la noche? ¿Por qué los chinos llaman a la gripe Liu Gan 流感 , que procede de liuxing 流行 , esto es, popular, y de ganmao, resfriado, 感冒? Para esto tengo respuesta, son sabios ellos, más que nosotros.

Todo da vueltas, igual que los virus, hasta que se encuentre el equilibrio necesario. Y mientras, el quásar, las Pléyades y la luna. Qué cerca está ésta, sólo a un segundo luz.
Es la una de la mañana, a las cinco en pie que hay que ir a Chengdu, a ver a los pandas. Concierto de El Columpio Asesino en Beijing, bien rico, bien chévere...

viernes, 24 de abril de 2009

Quién me ha robado el mes de abril...


¡Que me corten la cabeza!Oigo gritar a la reina de corazones por el laberinto mientras correteo y huyo de las aves de rapiña.

De momento mi tiempo de este mes voló, no hubo día del libro ni literatura de cordel, no pude pasear por el parque a la luz del día. A cambio, cultivo mi cabeza hasta que mi líquido cefalorraquídeo hierve por causa del chino, los planning, el hogar, las comiditas, las negociaciones, los viajes y el corazón.
Ése, ése sí que está feliz.
Os quiero amiguitos.

martes, 7 de abril de 2009

Kimchi y jiaozi

Cosas sueltas, cajón de sastre, curiosities y otras tiendas horribles que bien merecerían ser consumidas por el fuego.

Noroeste pekinés, grandes mundos por conocer.
Paseos en bici al curro, aventura diaria.
Plan de día: Templo de la luna, Xidan y Yuyuantan o como perder los muslis y morir de agotamiento un domingo cualquiera.

No doy más de sisa. Así estoy yo, así estoy hoy. Las semanas de días atrás se han llenado de paseos pekineses y una ansiada espera por la primavera que así como llegó se fue. ¿Dónde está? Yo no la he visto. Creo que vino este pasado fin de semana, pero ya se marchó. Mientras yo estaba en Seúl, viendo si los vecinos del norte lanzaban o no el misil, si lo que lanzaban era o no un misil, si los seulitas son realmente tan felices como me parecieron el año pasado o no. Sólo he sacado en claro, que sí, que son felices, al menos en abril y mayo durante su celebración de las flores y su Hi festival. Locura, conciertos, canciones, minifaldas, zapatillas y calcetinas, flequillo y gafas, eso es Corea ahora. Influencia nipona digo yo, que mira que le han tenido ganas los japoneses de siempre. De lo demás no sé, del misil digo, aunque bueno, del resto, en general tampoco. Sólo sé que no sé nada.

viernes, 13 de marzo de 2009

Error en la página



Miro por la ventana desde mi puesto de trabajo en esta empresa renovable a la que tanto quiero y veo a un chino en carricoche marchar en sentido contrario por la carretera. Ni me inmuto. Me doy cuenta entonces de que ya llevo bastante tiempo por aquí, que sin ton ni son comienzo a entender fragmentos cuasi largos de las sucesivas reuniones en chino a las que asisto y que cada vez disfruto más los días de comida en chino de postín.

La semana ha sigo agotadora y mi tan esperada clase de Taichi para mañana a las ocho de la mañana (un sábado, no hay otra) tendrá que esperar aún más. La clase y yo. El profesor y yo.


Sobre mi futuro profesor de Taichi:

Un chico joven amigo de una amiga que conocimos en la fiesta de despedida de ésta. Él comienza a hablarnos de Tíbet como un lugar al que debemos ir si bien con mucho cuidado, ya que hay mucho delincuente y la gente es muy pobre y te pueden robar de todo. Gente que le da igual si pierde a su hijo por la montaña " Mañana seguiremos buscando" y que tiene la cara tan sucia que se le podría quitar una capa de mugre como si de una máscara se tratase. Tras este discurso que me dejó loca perdida comienza él (mi futuro profesor) a hablar sobre su experiencia de niño en el templo de Shaolin. Allí donde aprendió todo lo que uno ha de saber sobre el Taichi y se hizo tan bueno que los amables monjes le quitaron la documentación para que no volviera a salir del monasterio nunca jamás. Él, gran promesa del Tai Chi y Kung Fu, estaba cansado de la dura vida Shaolín, escapó de allí y hoy anda por los modernos Pekines enseñando a la gente de alta alcurnia TaiChi a la carta, eso sí, sin perder la esencia, transmitiendo que la fuerza está en el interior y que todo está en los cinco elementos (fuego, madera, agua, metal y tierra).

Así, el metal surge de la tierra, la tierra surge del fuego, el fuego se produce por la madera, la madera surge gracias al agua. Y al revés, el agua apaga el fuego, el fuego funde el metal, el metal rompe la madera, la madera extingue la tierra y la tierra absorbe el agua.

Ya que mañana es prioritario que duerma en paz unas horas más, al menos entrenaré la mente. Mi libro de Laozi será ahora mi lectura de cabecera. De nuevo creo que un año más será poco.


Todo esto es verdad, tanto como que experimentamos en nuestras propias carnes la llave mortal de la garra (véase Kung Fu Panda, gran película vista en un tren Madrid-Pamplona)

Nota del blog de hoy: no fue escrito hoy sino el viernes antes de salir del curro. Hoy es lunes y por fin se puede decir, anunciar y pregonar que la primavera ha llegado a Beijing. Varios indicios:
- Mastico arena cuando hay viento (el Gobi hace de las suyas en estas épocas)
- Las neblinas parece que se hacen más comunes
- Montar en bici no implica tener los ojos impregnados en "lágrimas de frío"
- Los chinos se bañan felices en el río de Liangmahe
- La gente sale a la calle más aún si cabe
- La sequedad extrema hace mella, ahora más que nunca
- En algún lugar algún jardinero ha comenzado a regar el césped
- Hay fresas y espárragos (no es algo sólo de Aranjuez)
- El abrigo empieza a colgar de mi bolso tras caminar tres manzanas (equivalente a diez en España)
- Las terrazas de Nanluoguxiang se llenan los fines de semana
- Es 16 de marzo
- Huele a verano
- Hace un año creo que también enumeré en primavera

domingo, 1 de marzo de 2009

Somos recios



Cansancio y sueño, hoy ha sido un domingo de marzo, el primero del mes. Algo de olor a verano ya con aires de frío, las abuelas salen al sol a comentar las jugadas del día y los niños del culo al aire pasean más a gusto, no más cistitis hasta el próximo invierno ¡bien!


Mi nuevo profe de chino es un niño que sólo me habla de los maridos y las mujeres, de estar enamorado y de que su padre le pegaba sopapos cuando de niño no escribía bien los hanzis. Yo me quedo mirándole pasmada sin saber qué decir, a las ocho de la mañana poco puede una reaccionar.


El pasado fin de semana fue de volteos pekineses, reencuentro con la Ciudad Prohibida y Dazhalan, los olores y el caos, el cielo azul y la felicidad. También regresé al teatro de Chaoyang a ver las acrobacias, por tercera vez ya y no me canso. En China es el único lugar donde la reventa es más barata que el precio de taquilla.

Ayer estuve en una fiesta de pelucas.

martes, 17 de febrero de 2009

¡Mi casa!


Martes tes. Estoy en casa esperando a que nos traigan unas pizzas del Annies, ese italiano a domicilio que tantos días me alimentó el año pasado. La vida en Douban Hutong marcha feliz y reposada, las pelusas luchan por invadir nuestros suelos y la caldera se rebela sin cesar. Pena que me compadezca de mi casero que pasó el Año Nuevo Chino en el hospital y no le haya podido reclamar daños y perjuicios por los continuados atascos del cuarto del baño. "Yi bu yi bu lai", paso a paso, así enseña el dicho chino. Y así ha sucedido, todo arreglado por el momento.

El pasado fin de semana conseguí salir a hacer fotos y empezar a manejar mi camarita de medio formato además de comenzar a recopilar música buena y nueva y visitar el mercado de los pájaros y los perrillos (maravillosos chows chows por sesenta euros).

Hace frío mucho frío. Los chinos no son tan sabios como anuncié: hoy ha nevado mañana y tarde y mientras esperaba un taxi para volver a casa varios chinos me han robado la vez y me he quedado sola sintiéndome una idiota total. Al fin y al cabo no dejo de ser una laowai (palabra que utilizan los chinillos para referirse a los guiris).

Concluyo con otro bonito dicho chino que dicen las chinas en edad de merecer en las discotecas:
"Wo mai yi bu mai shen", esto es, "Vendo mis ideas, no vendo mi cuerpo"

sábado, 14 de febrero de 2009

Enola es gay


Una semana más en Pekín, ya me he recuperado del disgusto vivido tras la quema de uno de mis edificios favoritos de la ciudad. Celebramos Yuanxiao Jie con los compañeros chinos de la ofi, preparamos jiaozis y tiramos petardos con una onda expansiva que ni el Little Boy.
En Beijing se prepara algo gordo para este año, no sólo es el aniversario de Darwin, en este país se cumplen varias ecuménides: véanse los acontecimientos sucedidos años ha en la plaza grande, el Ay Dalai y el país con problemas y muchas otras cosas de las que no prefiero no acordarme, porque como no se puede hablar, mejor me callo, que de momento a mí, los chinos me sonríen.

Mañana amanaceré temprano para pagar el agua al management, sortearemos callejuelas vigiladas por cámaras (han puesto muchas más para este año donde ya he dicho, se espera que sucedan cosas). Un 1984 en 2009.

El mundo se mueve y yo también. Al son de L´aventurier de Indochine me despido, baile de guateque en la discoteque.


domingo, 8 de febrero de 2009

Beijing, again


Una semana llevo ya viviendo en mi casita de Douban Hutong, superando las contingencias que todo piso chino pueda presentar y viendo como la primavera llega poco a poco. Qué listos son los chinos que siguen el calendario lunar.
Reencuentros con quienes se quedan aquí un año más, paseos al mercado para comprar salmón en cantidades ingentes y disfrute de los fuegos artificiales que se tiran en cada esquina. El año del buey se presenta como un reto a vivir con una sonrisa en la cara.

martes, 20 de enero de 2009

Días de noche

Me quema el estómago, ¿dónde estoy?: aquí o allí. No lo sé. Escucho el sonido de los pitidos de los coches en doble fila de la calle Monte Esquinza. Recorro las calles caminando por las aceras estrechas que sólo permiten ir en fila de a uno. Nada de dos. Uno. Entro en las tiendas de libros y arte, arte y parte, arte y dinero. Mierda y dinero.

Me pierdo, busco y reencuentro. Una vez más; pierdo, busco y encuentro. Algo nuevo, prestado y azul. El bueno, el feo y el malo. No hay dos sin tres. Lo busco entonces: sol y luna, noche y día, amor y odio, guerra y paz. Tengo cuatro: primavera, verano, otoño, invierno. Norte, sur, este oeste. Lo encuentro: el equilibrio, la transformación. Regreso al Tao. Al Chi. Ahora en Madrid. Mañana en Beijing.

jueves, 15 de enero de 2009

Por aquí, por ahora


El otro día fui con mi madre a mi querido teatro Alfil a ver 666, mítica obra del grupo Yllana. Obra desternillante y divertida, madre e hija no paramos de reir en las dos horas que duró el espectáculo. Y tan bien. Ya son varias las obras que he visto de ellos (La cantante calva de Ionesco, Flying Circus (grandes gags de los Monty Python), Imprebis y ...creo que nada más. Lo que más me gusta de ese teatro es lo variopinto de la gente, abuelos, jóvenes, parejitas, compañeros de curro, madres e hijas.

Un paseo desde la calle Pez hasta el famoso horno de San Onofre, de ahí vuelta a la Corredera Baja de San Pablo y Fuencarral. Un buen final de día con mi progenitora que me recordaba al buen día que pasamos allá en Beijing cuando fuimos a ver las acrobacias. El espectáculo estaba teñido de una magia especial que nos emocionaba a las dos, quizá fue nuestro ánimo y no tanto el número, quizá eran las dos cosas.

Hoy cuando volvía del fisioterapeuta cerca de la plaza de Olavide he visto una pintada en la puerta de una iglesia que todavía me da que pensar: No sabéis lo que puede hacer el cuerpo. Me pregunto qué cuerpo: el de bomberos, el diplomático, el celeste, el humano, el de Cristo o el de la Guardia Civil.

sábado, 10 de enero de 2009

Nieves y bienes


Poco a poco voy recuperando la paz interior, sintiendo que el tiempo empieza a ser mi tiempo. Estoy tranquila, los días que me quedan en Madrid los voy a aprovechar como se merecen. He empezado por ordenar y deshacerme de las cosas inútiles, que son tantas. Así se es más feliz, dando importancia a lo que de verdad la tiene y desprendiéndose de lo que uno no necesita.

Siguiendo mi tónica de viajes relámpago el otro día marché en tren para pasear por la urbe que ese día ostentaba el título de ciudad más fría de España y tomar pinchitos en el barrio viejo de Pamplona. El placer de viajar en tren, había olvidado lo bonita que es la estación de Atocha.

Ayer nevó en Madrid: cada vez me gusta más hacer fotos desde mi ventana.


viernes, 2 de enero de 2009

Año Nuevo, más vida

La vuelta, sentir el desarraigo, qué difícil volver, con la ilusión que tenía y lo que me está costando adaptarme. No encuentro los interruptores de mi casa, institivamente toqueteo la pared dos palmos más arriba de donde se encuentra el botón de la luz, estoy acostumbrada a las paredes de Pekín y a sus interruptores altos. Y así con todo.

Me cuesta salir de casa, más de lo que esperaba, con lo bonito que está Madrid. Al lado de Monte Esquinza han puesto un árbol de Navidad de color rosa. Qué más podría pedir.

Mis abuelos, tíos y primos, mi madre y mi hermana. Eso sí que me ha gustado, verles y hablar con ellos, ser bienvenida.

Durante 15 meses no he estado enferma y ahora resulta que al llegar a mi ciudad mi cuerpo me lo agradece con un dolor de garganta del demonio y toses varias. Yo creo que hay demasiado oxígeno aquí y me sienta mal.

Estaba acostumbrada a cruzar ocho carriles nada más salir de mi casa de Pekín. De pronto, en el camino en coche del aeropuerto a casa me di cuenta de que la calle Serrano es estrecha estrecha, los edificios en ambas aceras se acercan unos a otros, formando una bóveda casi cerrada que tapa el cielo. Y la Castellana, cuánto árbol y qué pequeña, mucho más de cómo la recordaba.

Me asomo a la ventana y veo el Fénix, justo antes de emprender alto el vuelo. Allí, justo bajo el Ave Fénix donde un día de 2007 desayuné cinco cafés e hice el repaso a una vida. Bueno a dos. Se encontraron y decidieron seguir juntas de la mano.

Creo que me voy a dar un paseo que ha salido el sol y los gorriones están cantando.

En Pekín no hay gorriones.

Feliz 2009, feliz todo. Que cada uno se tome el año como mejor pueda. Seguir aprendiendo, creciendo, viviendo, queriendo, dando, luchando, esperando, amando bien, sobre todo eso. Bien.