Cansancio y sueño, hoy ha sido un domingo de marzo, el primero del mes. Algo de olor a verano ya con aires de frío, las abuelas salen al sol a comentar las jugadas del día y los niños del culo al aire pasean más a gusto, no más cistitis hasta el próximo invierno ¡bien!
Mi nuevo profe de chino es un niño que sólo me habla de los maridos y las mujeres, de estar enamorado y de que su padre le pegaba sopapos cuando de niño no escribía bien los hanzis. Yo me quedo mirándole pasmada sin saber qué decir, a las ocho de la mañana poco puede una reaccionar.
El pasado fin de semana fue de volteos pekineses, reencuentro con la Ciudad Prohibida y Dazhalan, los olores y el caos, el cielo azul y la felicidad. También regresé al teatro de Chaoyang a ver las acrobacias, por tercera vez ya y no me canso. En China es el único lugar donde la reventa es más barata que el precio de taquilla.
Ayer estuve en una fiesta de pelucas.
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