domingo, 17 de agosto de 2008

Un verano sin

Mi vida durante los JJOO se limita a estreses absurdos por conseguir entradas que realmente no quiero y paseos por la ciudad por los rincones no olímpicos. Ayer conseguí escaparme de los americanos ansiados y pasear por un Pekín totalmente desconocido para mí. De nuevo la sensación de no controlar nada, de estar en un lugar hostil, sentir las miradas sobre mí, a veces amables, otras curiosas.
Más allá del barrio musulmán y su mezquita, se encuentra uno de los templos budistas más antiguos de Pekín. La estructura, como todos los templos chinos, parece un poco el origen del famoso templo de los lamas: las torres de la campana y del tambor, una a cada lado de la entrada, un primer altar y un primer buda, en los extremos los pasillos con otras salas de oración, siguiendo la línea recta central se suceden los templos con estatuas y sutras (por cierto, de los más antiguos de China), para terminar en un edificio de mayor tamaño, con un buda tumbado tallado en madera. Flores de loto y árboles. Y nadie más. Y nada más.

martes, 12 de agosto de 2008

Llantos y risas

Cándido, el monje Tang, Ulises, Don Quijote, Marco, Gulliver...todos tuvieron viajes mucho más complicados. Miremos hacia delante. Tenemos suerte.

martes, 5 de agosto de 2008

Creciendo, difícil

Me gustan los correos spams que me llegan últimamente a la ofi. El último de ellos:
"A man of good will with a little effort and belief in his own powers can enjoy a deep, tranquil, rich life -- provided he go his own way. He need not and should not think of making a good living, but rather of creating a good life for himself. To live one's own life is still the best way of life, always was, and always will be." Henry Miller
En estas cosas ando mientras veo que el cielo de la ciudad clarea por momentos. Será porque mañana llega ya la realeza española a disfrutar de los Juegos Olímpicos. Yo prefiero recordar mi fin de semana en Xian, uno de los fines de semana que mejor he pasado en China, por la ciudad, por la compañía, por montar en bici tandem, mil detalles maravillosos, el barrio musulmán, los grillos cantores, su gente, la nuez moscada, el aire de pueblo. Indagaciones sobre el archaeopterix y el australopithecus boisei, ideas todas estas que salieron a colación durante nuestra visita a la tumba del emperador Qin Shi Huang (unificador de China y muchas cosas más), obra colosal la de su tumba y ejército protector (terracota men, conocidos por todos), y menos mal que eran de terracota, que de ser por el emperador habrían sido soldados vivientes enterrados con él para que no pasara miedo durante su viaje al más allá. Tanta crueldad derivó en la furia de los granjeros que decidieron quemar el palacio una vez terminado el mausoleo. Porque eso sí, al ejército lo libró de la muerte, pero a todos los obreros que durante más de treinta años trabajaron en la construcción del mausoleo los condenó a muerte para que nadie supiera el secreto. Un poco como lo que se hizo en India, allá por Agra, un tal Shajehan con su obra, el Taj Mahal, cortemos las manos a los obreros constructores, para que nunca puedan replicar una obra como ésta. Un gesto bastante cruel por parte de alguien que edificó tan magna obra para su mujer amada y muerta.




No tengo palabras. Qué gente tan mala. Pero ... y lo que nos gusta visitar las grandes obras fruto de la explotación y tiranía de los gobernantes ¿qué? No comentaré más. Allá cada uno que se lo piense.
Pues eso, yo me quedo con el terracota General, el único que tiene la cara sonriente y la tripa gorda.

Me voy a casa, ayer me picó un mosquito gigante en el distrito del arte, y tengo la rodilla que arde mamá.