sábado, 22 de marzo de 2008

Delhi is not far...





Con lágrimas en los ojos desde mi casa de Beijing recuerdo todas las cosas vividas en una semana. Tanto y tan bien, tan increíblemente bien. Gracias María por estar como has estado. Los días en "el Rishikesh" no los olvidaré nunca, experiencias místicas, spiritual seekers, los Beatles y su Ashram, el very mistake, nosotros tres, buscadores de la risa y de la vida. Baño en el Gran Ganga, purificador de momento, aún no he enfermado, ni lo haré, Ayurveda ayuda, la felicidad también.

Holi, happy Holi, vorágine y catarsis India, alucinaciones de tres horas y risas de media. Tu casa, sí sí, tus clases magistrales de Yoga en Doli gardens, a la luz de la luna, mientras un Afgano nos rendía sus respetos. Tus amigos, Old delhi, y la paz de tu hogar, duchas a cubos y lagartos de compañía. Desayuno a tres en la terraza, té y galletas.

Ahora estaréis dando paseo por Nehru, de despedida, como hice yo ayer con Darío, o a lo mejor en la librería comprando libros de Ruskin Bond. No temáis a las de Chandigar ni a los perros rabiosos de las calles. Sólo al mono de Ramdash, que ése ya sabemos que era peligroso.

Os echo de menos, necesito ver de nuevo los colores de allí. Pekín también tiene color, pero mi cabeza se encuentra a medio camino entre el Indostán y el Burj emiratí.


lunes, 10 de marzo de 2008

La cantante calva

No puede ser, y lo que no puede ser no debería ser. Ahora que llega la primavera y el aire de Pekín se llena de arena en suspensión, con lo que apetece más que nunca ir al parque, pasear y respirar aire puro, no es justo que una tenga que estar en la Oficina pringando como si estuviera trabajando en la NASA o en el mismísimo Berger. Qué recuerdos, que revivals me he pegado este fin de semana cuando iba camino de la ofi. Que no sea la norma, que sea excepción. Amén.
Sin embargo sonrío, son muchas las cosas diferentes, las circunstancias, el lugar o mi propio humor. Así, veamos:

- Estoy en Beijing, y aunque eso dé igual porque trabajar los fines de semana sigue siendo igual de asco allá donde se encuentre uno, algo tiene de distinto. Aquí los niños van al cole los sábados.

- Mi bicimoto siempre es motivo de alegría, ir a la ofi en tan majo vehículo me pone contenta.

- Los chinos son la risa.

- Llega la primavera pequinesa, sol entre smog. Vienen las buenas noticias, en breve cerrarán las fábricas para que la ciudad esté limpita para los JJOO. Unos al paro a esperar a que pase el chaparrón y otros trabajando a destajo para que muchos edificios nuevos estén a punto.

- He comprado un geranio y unas margaritas para mi casa.

- Ya no queda nada para ir a la India, ir a la fiesta del Holi, ver a mi hermana y la obra de teatro que está preparando, verla y hablar, ver a Darío y ver. Ver.

- Tengo una palmera en mi mesa de la oficina, y eso señores, siempre dio mucha vida.

- Desde mi ventana se ve la entrada al Blue Zoo, un lugar al que estoy segura nunca iré pero siempre hace ilusión saber que se tiene un tiburón cerca (si supiera que hay una beluga mi felicidad ya sería infinita).

- He decidido que no me agobiaré, que ya tengo demasiadas canas.

- Es primavera.

- Y es.

Dentro de dos semanas van a representar la ópera de Turandot en el teatro nuevo de Pekín, llamado "el huevo" por tener esa misma forma.

Pues eso, viva Madrid. Seguro que ya huele a verano.