martes, 7 de abril de 2009

Kimchi y jiaozi

Cosas sueltas, cajón de sastre, curiosities y otras tiendas horribles que bien merecerían ser consumidas por el fuego.

Noroeste pekinés, grandes mundos por conocer.
Paseos en bici al curro, aventura diaria.
Plan de día: Templo de la luna, Xidan y Yuyuantan o como perder los muslis y morir de agotamiento un domingo cualquiera.

No doy más de sisa. Así estoy yo, así estoy hoy. Las semanas de días atrás se han llenado de paseos pekineses y una ansiada espera por la primavera que así como llegó se fue. ¿Dónde está? Yo no la he visto. Creo que vino este pasado fin de semana, pero ya se marchó. Mientras yo estaba en Seúl, viendo si los vecinos del norte lanzaban o no el misil, si lo que lanzaban era o no un misil, si los seulitas son realmente tan felices como me parecieron el año pasado o no. Sólo he sacado en claro, que sí, que son felices, al menos en abril y mayo durante su celebración de las flores y su Hi festival. Locura, conciertos, canciones, minifaldas, zapatillas y calcetinas, flequillo y gafas, eso es Corea ahora. Influencia nipona digo yo, que mira que le han tenido ganas los japoneses de siempre. De lo demás no sé, del misil digo, aunque bueno, del resto, en general tampoco. Sólo sé que no sé nada.

1 comentario:

Peque dijo...

Menos visitas a Corea y más a Japón...

Un abrazo,

Peque