Ahhhhhh, que ya suenan los petardos... Me pregunto si este año tendremos un nuevo edificio en llamas, ejemplo claro de arquitectura efímera.
Que viene el tigre, pisando fuerte. Adiós al buey y su pesada carga. Año de no parar, mil cursos a la vista, el chino nivel pro, la cocina y las fotos. Y así recorro el calendario chino, llegué con el cerdo, que pronto se convirtió en rata, luego fue buey y ahora es tigre. Quizá no esté ya para ver el conejo, quién sabe, no aquí, pero sí en Lavapiés.
Ya he hecho mis propios revelados, nuestros muebles y cuadros. Nuestra casa hutong es digna de ver y ser vista, planta de naranjito y escalera a la terraza, arañas por doquier y vecinos que antaño fueron guardias rojas. Más no puedo pedir para mí misma. Perros pequineses que campan a sus anchas entre alcantarillas atascadas con noodles y hombres en pijama con chanclas de doraemon.
Seamos felices todos en la medida de lo posible. Hu hu sheng wei.
A Taiwan me iré y nadie me verá.