jueves, 11 de febrero de 2010

Gong xi gong xi gong xi ni!


Ahhhhhh, que ya suenan los petardos... Me pregunto si este año tendremos un nuevo edificio en llamas, ejemplo claro de arquitectura efímera.

Que viene el tigre, pisando fuerte. Adiós al buey y su pesada carga. Año de no parar, mil cursos a la vista, el chino nivel pro, la cocina y las fotos. Y así recorro el calendario chino, llegué con el cerdo, que pronto se convirtió en rata, luego fue buey y ahora es tigre. Quizá no esté ya para ver el conejo, quién sabe, no aquí, pero sí en Lavapiés.
Ya he hecho mis propios revelados, nuestros muebles y cuadros. Nuestra casa hutong es digna de ver y ser vista, planta de naranjito y escalera a la terraza, arañas por doquier y vecinos que antaño fueron guardias rojas. Más no puedo pedir para mí misma. Perros pequineses que campan a sus anchas entre alcantarillas atascadas con noodles y hombres en pijama con chanclas de doraemon.

Seamos felices todos en la medida de lo posible. Hu hu sheng wei.
A Taiwan me iré y nadie me verá.

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