Un recorrido diferente de la mano de mi madre, visita turística por un Beijing menos frecuentado por las hordas de turistas.
El antiguo palacio de verano con sus ruinas de palacios franceses entre lotos gigantes; el templo de las cinco pagodas y el silencio; el parque de bambú y los sonidos del gucheng; el templo de Tanzhe y del buda Maitreya, sonrisa infinita.
Y hoy solsticio, ya llega el verano, es oficial, y mi casa, por ser hutong, por estar sobre el suelo, por tener ladrillo gris, por tener tejadillo, por ser pingfang, por tener un árbol de bodhi a la puerta, por lo que sea, está más fresca que las casas encaladas de la Mancha; si cabe.
El antiguo palacio de verano con sus ruinas de palacios franceses entre lotos gigantes; el templo de las cinco pagodas y el silencio; el parque de bambú y los sonidos del gucheng; el templo de Tanzhe y del buda Maitreya, sonrisa infinita.
Y hoy solsticio, ya llega el verano, es oficial, y mi casa, por ser hutong, por estar sobre el suelo, por tener ladrillo gris, por tener tejadillo, por ser pingfang, por tener un árbol de bodhi a la puerta, por lo que sea, está más fresca que las casas encaladas de la Mancha; si cabe.