domingo, 17 de febrero de 2008

¿Es la granja de Playmobil?


Ah, sí, sí, sí, aquí es.
El tiempo sigue pasando raudo y veloz. Esta semana ha sido terrible, el llanto a flor de piel en muchos momentos, quizá la resaca del viaje, tanta magia, un mundo tan distinto, o quizá porque ya tocaba.
El fin de semana, por el contrario, han sido sonrisas, flores y risas. Sábado y domingo más “blue sky days” que nunca. En febrero busca la sombra el perro. Eso dice Aurelia, gran sabia de Monte Esquinza, y aquí se nota. El sol empieza a calentar y el famoso temporal es inexistente en Pekín. Mei you le. Los petardos y fuegos artificiales por el nuevo año ratero también empiezan a disminuir en frecuencia e intensidad.
Mi moto está siendo objetivo de vándalos. Primero un retrovisor, luego el otro, luego un pedal y por fin la rueda trasera. Muy cómica mi imagen llegando a la oficina con la bicimoto cayéndose a cachos, literalmente. El sábado fui a un chino ferretero callejero a ver si podía hacer algo por la pobre motobici. Lo ha hecho, tras mucho rebuznar en mandarín, la ha arreglado.

Y un paseo por el hutong con Darío, porque ha venido. Gracias. Ahora mismo estará en un avión camino de Mordor...

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