Sin embargo sonrío, son muchas las cosas diferentes, las circunstancias, el lugar o mi propio humor. Así, veamos:
- Estoy en Beijing, y aunque eso dé igual porque trabajar los fines de semana sigue siendo igual de asco allá donde se encuentre uno, algo tiene de distinto. Aquí los niños van al cole los sábados.
- Mi bicimoto siempre es motivo de alegría, ir a la ofi en tan majo vehículo me pone contenta.
- Los chinos son la risa.
- Llega la primavera pequinesa, sol entre smog. Vienen las buenas noticias, en breve cerrarán las fábricas para que la ciudad esté limpita para los JJOO. Unos al paro a esperar a que pase el chaparrón y otros trabajando a destajo para que muchos edificios nuevos estén a punto.
- He comprado un geranio y unas margaritas para mi casa.
- Ya no queda nada para ir a la India, ir a la fiesta del Holi, ver a mi hermana y la obra de teatro que está preparando, verla y hablar, ver a Darío y ver. Ver.
- Tengo una palmera en mi mesa de la oficina, y eso señores, siempre dio mucha vida.
- Desde mi ventana se ve la entrada al Blue Zoo, un lugar al que estoy segura nunca iré pero siempre hace ilusión saber que se tiene un tiburón cerca (si supiera que hay una beluga mi felicidad ya sería infinita).
- He decidido que no me agobiaré, que ya tengo demasiadas canas.
- Es primavera.
- Y es.
Dentro de dos semanas van a representar la ópera de Turandot en el teatro nuevo de Pekín, llamado "el huevo" por tener esa misma forma.
Pues eso, viva Madrid. Seguro que ya huele a verano.
2 comentarios:
ya huele a verano...
todavia no, pero esta cerca...
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