Más allá del barrio musulmán y su mezquita, se encuentra uno de los templos budistas más antiguos de Pekín. La estructura, como todos los templos chinos, parece un poco el origen del famoso templo de los lamas: las torres de la campana y del tambor, una a cada lado de la entrada, un primer altar y un primer buda, en los extremos los pasillos con otras salas de oración, siguiendo la línea recta central se suceden los templos con estatuas y sutras (por cierto, de los más antiguos de China), para terminar en un edificio de mayor tamaño, con un buda tumbado tallado en madera. Flores de loto y árboles. Y nadie más. Y nada más.
domingo, 17 de agosto de 2008
Un verano sin
Más allá del barrio musulmán y su mezquita, se encuentra uno de los templos budistas más antiguos de Pekín. La estructura, como todos los templos chinos, parece un poco el origen del famoso templo de los lamas: las torres de la campana y del tambor, una a cada lado de la entrada, un primer altar y un primer buda, en los extremos los pasillos con otras salas de oración, siguiendo la línea recta central se suceden los templos con estatuas y sutras (por cierto, de los más antiguos de China), para terminar en un edificio de mayor tamaño, con un buda tumbado tallado en madera. Flores de loto y árboles. Y nadie más. Y nada más.
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