miércoles, 8 de julio de 2009

Tormenta de arena...

...la que no me dejó llegar a Kashgar, ciudad clave de enlace entre China, el Sur de Asia y Occidente, allí desde donde se dispersaban las diferentes Caravanas de la ruta de la seda hacia el oeste. Desde Turpán decidimos viajar a Urumqi para coger un avión hacia esta ciudad fronteriza; pero allí nos quedamos mis amigos y yo, en la capital de Xinjiang, por dos días que no olvidaré. Chinos rubios de ojos azules, rasgos caucásicos, mezquitas y relojes que marcan una hora menos a la del resto de China en señal de protesta. Porque en China hay sólo un huso horario, y sin embargo olor a zoco y bazar más que a tallarines y guindilla. Otro país, sin duda.

Hace más de un año de esta foto en el lago celestial, a unas dos horas y media en coche desde Urumqi, capital de Xinjiang, aquella región autónoma de China que poco a poco va siendo invadida por la etnia mayoritaria china, los Han. El Turquestán Oriental. Así debería ser.

Mi profesor de chino, Han de toda la vida, me comenta hoy que si me he enterado de los enfrentamientos. Por supuesto que sí. Es sorprendente ver cómo un pueblo entero asume la información que se da desde el Gobierno y muy pocos la cuestionan: "Con la política favorable que tenemos con ellos y nos lo agradecen de esa manera". Le pregunto más por su opinión. Calla y piensa: " Creo que en Tibet es más problema de China, sin embargo, en el caso de Xinjiang el conflicto se debe a que son musulmanes". Y nada más. Al final confiesa que el Gobierno chino no puede dejar que se independicen porque en Xinjiang hay petróleo y en Tibet otros recursos.
En los DNI chinos además, como dato adicional al sexo, fecha de nacimiento y nombre, también hay que poner la etnia a la que perteneces. Y en el propio Xinjiang hay más Han que Uygur...

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