jueves, 27 de agosto de 2009

Cielos

Quién ve y quién no ve, no merece la pena vivir si no se reflexiona sobre ello, estamos despiertos o dormidos…

Últimamente estoy ejerciendo la paciencia extrema en el oficinismo del que participo cada día de la semana laboral, cinco días y a veces, porque somos chinos, los fines de semana para “recuperar” algún día de puente que se nos haya “regalado”. Demasiadas comillas, no lo soporto.

La teoría de la conspiración, no sé si en mi trabajo es verdad, es real. Una isla, así me siento yo, rodeada de chinos, a veces en comunión y otras en discrepancia con ellos y con esta ciudad. Miro atrás en el tiempo, dos años casi ya…

Ayer fue QiXi (la noche de los sietes), día del amor en China, celebrado el día siete del séptimo mes del calendario lunar, ya decía yo que veía demasiados ramos de flores por la calle. Y aquel chico que cantaba la canción tibetana, a grito pelado, por la calle de Gongti Bei Lu. Sabía que al otro lado del teléfono estaría su novia.

Niuliang (la estrella Altair) y Zhinu (la estrella Vega) eran dos amantes condenados a vivir separados por la eternidad por el río de la vía láctea. Sin embargo, una vez al año, el séptimo día tras la séptima luna, se forma un puente entre ambos para que puedan pasar juntos una noche.
…Y como muchas celebraciones que adoptaron los japoneses de la mitología y tradición china, este festival es una de ellas. Tanabata se llama en Japón, aunque también es verdad, como con muchas de las tradiciones orientales, la festividad se celebra con más ímpetu y dedicación en Japón que en la China continental actual. Los vendedores de flores chinos no llegaron a vender ni la mitad de las rosas que se vendieron durante la celebración de San Valentín. No sé cómo para determinados aspectos los chinos se muestran tan permeables a la cultura occidental y para otras cosas…todo lo contrario.

Vega y Altair son estrellas alfa, esto es, las estrellas más brillantes de su constelación, Lira y el Águila respectivamente. Junto con Deneb, -estrella alfa de la constelación del Cisne, estrella sonbre cual se apoyan las alondras para formar el puente que une a los amados-forman el Triángulo de Verano.

Qué bonitas noches estivales. Observar la cúpula celeste. Algo que siempre disfruté haciendo en Santa Cruz o en cualquier noche estrellada en España. No dejo de sorprenderme cuando los cielos de Beijing también me lo permiten.

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