Entre otros capítulos interesantes de nuestro viaje a Anhui, la subida de cinco horas a la Montaña Amarilla es casi lo menos emocionante. Me quedo con los pueblos y las vidas duras, la China profunda y tosca, los viajes en carricoche hasta un pueblo horrible, con una zona amurallada algo más reseñable. Con unos estudiantes que nos invitan a su escuela. Los restaurantes con el plato del día bien fresco a la entrada del mismo: conejo, búho, serpiente, erizo, pavo, paloma, ranas. Uno al lado del otro, cada uno en su jaula o barreño, esperando a ser desollado o desplumado según toque y cocinado en un wok aderezado con guindilla y aceite de sésamo.
martes, 13 de abril de 2010
Qingming en Anhui
Entre otros capítulos interesantes de nuestro viaje a Anhui, la subida de cinco horas a la Montaña Amarilla es casi lo menos emocionante. Me quedo con los pueblos y las vidas duras, la China profunda y tosca, los viajes en carricoche hasta un pueblo horrible, con una zona amurallada algo más reseñable. Con unos estudiantes que nos invitan a su escuela. Los restaurantes con el plato del día bien fresco a la entrada del mismo: conejo, búho, serpiente, erizo, pavo, paloma, ranas. Uno al lado del otro, cada uno en su jaula o barreño, esperando a ser desollado o desplumado según toque y cocinado en un wok aderezado con guindilla y aceite de sésamo.
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