domingo, 5 de diciembre de 2010

Carta de ajuste


Soy un ser sin identidad "legal":

- A)Tengo mi DNI caducado. Me di cuenta cuando comencé a recopilar documentación para mi contrato español y mudanzas varias. He pedido cita electrónica y con suerte en mes y medio seré atendida

- B)Tengo mi carnet de conducir caducado. Actualmente se encuentra en proceso de renovación si bien no tengo ningún volante o justificante y tan sólo una carta del consulado que me confirma que han enviado a Madrid todos los papeles.

- C)Me he dado de baja en el consulado de Pekín, con lo cual ni soy de aquí ni de allí. En cuanto llegue a Madrid debo ir al padrón.

- D)Desconozco cuál será mi hogar de residencia para los próximos años.
Como la vida moderna me lo exige, cuando llegue a Madriz tendré que hacer la tramitación urgente de A) y C), aunque será con una dirección provisional. Posteriormente, cuando me acomode en mi futura casa hoy desconocida y si quisiera cumplir con la ley, debería comenzar de nuevo con ambos procesos para dar mi dirección permanente. Y además, si en algún momento vital cambio de estado civil, al menos el procedimiento C) debería hacerse una vez más.

Pues eso, que ahora mismo soy un cuasi ser.

Recuerdo la película de Brazil, de Terry Gilliam. Me encuentro en un no parar de ir y venir a las distintas ventanillas gubernamentales, en un enfrentamiento diario con la burocracia, "la jaula de hierro", el Red Tape. En mi correo tengo una carpeta que así se llama, Red Tape, expresión en inglés para referirse al maravilloso mundo de las gestiones y trámites. Últimamente Red Tape se encuentra a tope de entradas.
Entretanto relleno formularios sin cesar para peticiones de cita previa y otros tantos papeles de la mudanza para que mis enseres viajen por mar durante un mes. Ahora mismo me encuentro con el síndrome de la no casa, y tengo el impulso permanente de comprar todo tipo de menaje del hogar. Si no tengo casa al menos tengo los objetos que la componen. Contenido sin continente.

Para deleite de mi persona, mi vivienda actual (el amado hutong) ha sido visitada por potenciales inquilinos unas cinco veces este fin de semana, harta ya de hacer las veces de consultor inmobiliario. Siempre las mismas preguntas:
- ¿Y cómo es vivir en un hutong?
Respuesta: pues no está mal. Tiene sus ventajas e inconvenientes. Todo depende de lo que busques
Lo que me gustaría decir pero no digo : ¿qué tipo de pregunta es esa? ¿Acaso no eres tú quién viene a verlo? Será porque te interesa y sabes lo que es ¿o no? Pues a ver: vives a nivel de suelo, la calefacción cuesta un pastizal, los vecinos tiran la basura por la calle, por la noche hay alimañas que arañan el tejado, mi fobia a las arañas ha desaparecido por repetidas terapias de choque, el baño es húmedo...Pero sí, a mí y a mi novio nos gusta, porque nos compensa el sol matutino que entra por la ventana, porque nos encantan los perrillos del barrio, porque la zona es tranquila y está en el centro geográfico de Pekín, porque somos unos frikis, porque nos gusta tener una tele del cretácico, y porque no nos importa que en un perímetro de cinco kilómetros sea imposible encontrar pan, queso o salsa de tomate.
- ¿Y cuánto tiempo llevas viviendo aquí?
Respuesta: un año pero en Beijing tres años y pico.
- ¿Y vives tú sola?
Respuesta: ahora sí. Mi novio se ha ido hace dos semanas porque le ha surgido un imprevisto. (Ante esta respuesta suelo ver ojos de incredulidad, intuyo que la gente cree que me he inventado un novio imaginario para no reconocer mi soledad y no dar pena en el hutong).
- ¿Y cuál es el metro más cercano?
Respuesta: Andingmen a 15 minutos andando o Beixingqiao a otros quince minutos.
Y ya, una vez satisfechas sus ganas de saber se marchan por la puerta dudando de si la vida en el hutong sería apta para sus cuerpos serranos. Porque si buscan un gimnasio y una piscina climatizada por el barrio van listos...
Tengo estrés, sí.

1 comentario:

Luna de Margarita dijo...

Hola, vengo siguiendo tu blog desde hace muchos meses! realmente me emociona saber que vuelves a tu madrid, sin embargo voy a extrañar tus aventuras de Beijing.
Se que no soy nadie, pero mucho animo desde una tierra lejanísima, y paciencia con el papeleo!