Con prisa porque he de marchar al gimnasio (sí sí, al gimnasio, ¿quién soy? no lo sé, jamás pensé que me vería en estas misiones diarias, pero bueno) escribo para contar la experiencia en el supermercado con la profe de chino, nuestra estimada En Laoshi (o quizá es Eng Laoshi). El caso es que parecíamos extraterrestres en un mercado de fruta, la profesora iba avisando a los tenderos (laoban) para decirles que nos dieran conversación que éramos unos pobres estudiantes que queríamos practicar nuestro chino y comprar unas cosillas. A todo esto esta profesora sólo habla chino y claro no nos entendemos con ella todo lo que debiéramos. Bueno sí, habla alemán también, así que imaginad el cambio de chip que tengo que hacer para entenderla, y luego de nuevo volver al chino. En el vídeo se aprecia cómo nuestra pequeña En habla en alemán-chino para explicarnos que la verdura en cuestión es una remolacha.
Y así siguen los días. Por fin tengo internet en casa, viva! viva!, aunque por supuesto esto no asegura que vaya a tener hotmail siempre.
Mañana tenemos visita al templo del cielo, poco a poco me voy haciendo con el Beijing mágico y con el Beijing práctico. Beijing at night tristemente es ya muy conocido, las horas no dormidas van pesando.
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