Martes tes. Estoy en casa esperando a que nos traigan unas pizzas del Annies, ese italiano a domicilio que tantos días me alimentó el año pasado. La vida en Douban Hutong marcha feliz y reposada, las pelusas luchan por invadir nuestros suelos y la caldera se rebela sin cesar. Pena que me compadezca de mi casero que pasó el Año Nuevo Chino en el hospital y no le haya podido reclamar daños y perjuicios por los continuados atascos del cuarto del baño. "Yi bu yi bu lai", paso a paso, así enseña el dicho chino. Y así ha sucedido, todo arreglado por el momento.
El pasado fin de semana conseguí salir a hacer fotos y empezar a manejar mi camarita de medio formato además de comenzar a recopilar música buena y nueva y visitar el mercado de los pájaros y los perrillos (maravillosos chows chows por sesenta euros).
Hace frío mucho frío. Los chinos no son tan sabios como anuncié: hoy ha nevado mañana y tarde y mientras esperaba un taxi para volver a casa varios chinos me han robado la vez y me he quedado sola sintiéndome una idiota total. Al fin y al cabo no dejo de ser una laowai (palabra que utilizan los chinillos para referirse a los guiris).
Concluyo con otro bonito dicho chino que dicen las chinas en edad de merecer en las discotecas:
"Wo mai yi bu mai shen", esto es, "Vendo mis ideas, no vendo mi cuerpo"
1 comentario:
Tu casita, tu nueva vida, tu paz y tu armonía...
Mi niña sigue así de guapa y de feliz.
Te quiero mucho
Paty
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