Ayer estuve en una clase para aprender a hacer los noodles de la longevidad y los jiaozis típicos chinos, rellenos de cerdo con jengibre y de setas con huevo. Todo ello aderezado con aceite de sésamo y cacahuete, no sin antes haber condimentado bien con polvos de caldo de pollo concentrado y otro tanto de sal. Los chinos son así, violentos con la comida. Y yo también soy así, perezosa y vaga en lo que a asuntos culinarios se refierte. Soy de la filosofía materna, cocina fácil y sencilla, que no por ello peor o menos sabrosa.Tres horas que me pase dándole a la masa. Me acordé del rey del Tallarín, allá en los Madriles, detrás del Edificio España y cerca de la Taberna Mozárabe. Creo que en frente está el Rey del Pollo Frito. Ay los sitios de Madrid. Un poco más hacia delante se llegaría hasta Noviciado y luego subiendo por la calle Pez y luego a la izquierda al sitio de croquetas más rico del mundo. Jo...La calle del Pez, esa que debe su nombre a la casa del Pez. Creo que ahora la han reformado pero todavía se puede ver un pez chiquitito en la fachada.




