La gran mayoría de las personas
qué vacía y mal se siente,
qué vacía y mal se siente,
porque usa las cosas para deleitar su corazón,
en lugar de usar su corazón para disfrutar de las cosas.
Así es y cada vez más. Tristemente.
A pesar de la sucia y persistente bruma-calima de Pekín intento reconciliarme con los elementos y disfrutar de lo que esta vida me ofrece. Una clase de taichi en el parque, intentando desarrollar mi yang, porque resulta que yo estoy muy yin. Ahora me ha dado por comer lichis, fruta muy apreciada en China, a pesar de tener mucho fuego. Nunca es bueno el exceso de fuego interno, en el equilibrio está la salud. Así pues, para compensar mi fuego, bebo té verde.
Así de simples deberían de ser las cosas. Todo depende del cristal con que se mire.
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