Poco a poco voy recuperando la paz interior, sintiendo que el tiempo empieza a ser mi tiempo. Estoy tranquila, los días que me quedan en Madrid los voy a aprovechar como se merecen. He empezado por ordenar y deshacerme de las cosas inútiles, que son tantas. Así se es más feliz, dando importancia a lo que de verdad la tiene y desprendiéndose de lo que uno no necesita.
Siguiendo mi tónica de viajes relámpago el otro día marché en tren para pasear por la urbe que ese día ostentaba el título de ciudad más fría de España y tomar pinchitos en el barrio viejo de Pamplona. El placer de viajar en tren, había olvidado lo bonita que es la estación de Atocha.
Ayer nevó en Madrid: cada vez me gusta más hacer fotos desde mi ventana.
1 comentario:
Pequeñita!
Los pinchitos y las casas de colores. Al fondo, aunque nadie lo sepa, la plaza de toros. Tras la foto nosotros.
Besos, porque te quiero y te echo de menos.
Darío.
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