jueves, 15 de enero de 2009

Por aquí, por ahora


El otro día fui con mi madre a mi querido teatro Alfil a ver 666, mítica obra del grupo Yllana. Obra desternillante y divertida, madre e hija no paramos de reir en las dos horas que duró el espectáculo. Y tan bien. Ya son varias las obras que he visto de ellos (La cantante calva de Ionesco, Flying Circus (grandes gags de los Monty Python), Imprebis y ...creo que nada más. Lo que más me gusta de ese teatro es lo variopinto de la gente, abuelos, jóvenes, parejitas, compañeros de curro, madres e hijas.

Un paseo desde la calle Pez hasta el famoso horno de San Onofre, de ahí vuelta a la Corredera Baja de San Pablo y Fuencarral. Un buen final de día con mi progenitora que me recordaba al buen día que pasamos allá en Beijing cuando fuimos a ver las acrobacias. El espectáculo estaba teñido de una magia especial que nos emocionaba a las dos, quizá fue nuestro ánimo y no tanto el número, quizá eran las dos cosas.

Hoy cuando volvía del fisioterapeuta cerca de la plaza de Olavide he visto una pintada en la puerta de una iglesia que todavía me da que pensar: No sabéis lo que puede hacer el cuerpo. Me pregunto qué cuerpo: el de bomberos, el diplomático, el celeste, el humano, el de Cristo o el de la Guardia Civil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y lo contento que te leo yo?

Paseos y teatros, Mater y cuerpos.
Yo voy y vengo bicicleteando. Los recuerdos, las ganas.

Corre, corre Nenu!

Un beso de los de nos.