martes, 25 de noviembre de 2008

Astenia

Huir de los imitadores de vidas y crear una original, que sea mía y de nadie más. Ayer soñé con el despertador, un amanecer enérgico y una vida harto aburrida, no quiero eso yo. Me he despertado en mi casa, la que ya sólo por un mes más será mi casa. ¿Y después? Ya tengo casa nueva, oye mira, al lado del segundo anillo, en un bloque de pisos chinos, todo más de aquí. La decisión está tomada y yo la respeto, que para eso la he tomado yo. Y él. Los dos juntos, como se deben hacer las cosas.
El mes que resta es insufrible, oficinísticamente hablando, por lo demás está bien, tranquilidad necesaria, un poco de introspección y otro poco de lectura antes de dormir. Un año de no trabajo puede ser un año de estudio, ya lo empezaba a echar de menos, con lo poco constante que soy y lo que me gusta, mi eterna contradicción, el proyecto del proyecto.

- ¿Hoy qué vas a hacer?
- Voy a intentar ponerme a estudiar. [ojo, no ya a intentar estudiar, si no a intentar ponerme a estudiar, el intento del intento] Que no puede ser vaya, que mi cabeza la tengo para otra cosa, y mi vida también.

Me piden algo con urgencia, después de la nada, la urgencia. Siempre es así. Me adapto y adapto. Me he vuelto camaleón sin perder mi yo. Eso está bien. Ahora mi yo más yo es mi capacidad de adaptación y mi poca queja. Sólo me quejo de los imitadores. No me gustan.

Gracias a una compi de aquí me ha llegado un interesante artículo sobre la democracia en China, totalmente de acuerdo que estoy.

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