El mes que resta es insufrible, oficinísticamente hablando, por lo demás está bien, tranquilidad necesaria, un poco de introspección y otro poco de lectura antes de dormir. Un año de no trabajo puede ser un año de estudio, ya lo empezaba a echar de menos, con lo poco constante que soy y lo que me gusta, mi eterna contradicción, el proyecto del proyecto.
- ¿Hoy qué vas a hacer?
- Voy a intentar ponerme a estudiar. [ojo, no ya a intentar estudiar, si no a intentar ponerme a estudiar, el intento del intento] Que no puede ser vaya, que mi cabeza la tengo para otra cosa, y mi vida también.
Me piden algo con urgencia, después de la nada, la urgencia. Siempre es así. Me adapto y adapto. Me he vuelto camaleón sin perder mi yo. Eso está bien. Ahora mi yo más yo es mi capacidad de adaptación y mi poca queja. Sólo me quejo de los imitadores. No me gustan.
Gracias a una compi de aquí me ha llegado un interesante artículo sobre la democracia en China, totalmente de acuerdo que estoy.
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